Me encantaría seguir perdiéndome por nuevas ciudades y dejar que sus habitantes me enseñen a ver el mundo con otros ojos. No hay nada tan mágico como descubrir un lugar a través de los sentidos: su arte, su gastronomía, su idioma… cada detalle es una aventura que se queda en el alma.
Recentemente ho imparato...
Que la felicidad vive en las pequeñas cosas de cada día, en esos momentos que parecen insignificantes pero lo iluminan todo. Y que, al final, es un camino que se recorre paso a paso… no un destino al que llegar.